"Pero mientras tanto, el artista gallego Rubén Santiago (Sarria, Lugo, 1974), se ha encargado de que el fuego olímpico llegue a Madrid. No con una antorcha, pero sí con ese cigarrillo que fue encendido en el mismo templo de Hera, con el mismo sol y siguiendo los mismos métodos olímpicos. Eso sucedía el pasado 12 de septiembre. Después de su ceremonia vino un viaje de siete días en coche, 3.900 kilómetros, ocho países y 750 cigarros consumidos de todas las marcas encontradas en el trayecto "todo por mantener el fuego vivo", comenta.