Aun a pesar de las quejas de los vecinos por la precariedad de la zona, solo tras la muerte de un obrero, aplastado bajo una roca de 120 toneladas que se derrumbó tras las constantes lluvias, parece que la alcaldia y la diputación se fijan en el deplorable estado de ciertas zonas de nuestro pueblo. Ojalá esto no pase mas ni en Tarazona ni en ninguna otra localidad.