Donald Peters, un jubilado estadounidense de 79 años, había comprado dos billetes de lotería el primero de noviembre del año pasado en una tienda de su pueblo, Danbury, en Conecticut, siguiendo una tradición que tenía con su mujer, según el sitio New York Daily News. Pero ese mismo día, Peters sufrió un ataque cardíaco que lo mató. Durante dos meses, su viuda, Charlotte, sufrió tanto la muerte de Peters que guardó los billetes sin percatarse de que su marido había comprado los números ganadores de un premio de 10 millones de dólares.