Inocentada con mucho humor del portal web Alasbarricadas.org. "Dos compañeros hemos pasado unos días en la aldea del Val d'Acracia (así bautizada por quienes la han fundado), en un recóndito paraje situado entre las provincias de Cuenca, Teruel y Valencia. Por expresa voluntad de los entrevistados, ocultos en su valle entre montañas de unos mil doscientos metros de altitud, no damos más detalles de su localización ya que no quieren recibir más visitas que la de aquellas personas que ellos inviten"

Hay dos argumentos principales a favor de la existencia del estado como monopolista de los servicios de justicia y orden público. Resulta ser que ambos argumentos son falsos. Traducción de un fragmento del libro La Empresa de la Ley de Bruce L. Benson

Los adictos a las emociones políticas están obligados a desacreditar la frialdad de la estadísticas y la melancolía a la que nos condena constatar que la materia (y más aún la naturaleza humana) se oponen a nuestras construcciones utópicas.

Ser anarquista solo significa que tú crees que la agresión no está justificada, y (es obvio) que el estado necesariamente la emplea. Por ende, el estado y la agresión que usa, están injustificados. Ciertamente es muy simple. Es una posición ética; no es de extrañar que confunda a los utilitaristas.