Un abogado británico de 33 años de edad se presentó en el médico porque sufría fuertes dolores abdominales. Una radiografía reveló que tenía una cuchara de té alojada en el intestino grueso. Una colonocospia no pudo extraer la cuchara. Se intentó la cirugía por laparoscopia, pero no fue viable, así que se le practicó una colotomía. La foto muestra la cuchara extraída, 14 cm., y el estado externo del abdomen del paciente dos meses tras la operación; aunque con cicatrices, está recuperado y feliz en casa.