A veces, decimos cosas que simplemente no queremos decir. O, más exactamente, que realmente queremos decir, pero nos gustaría que no hubiera sido dicho en público. Sin embargo, con menos gente que parece preocuparse por la privacidad, las consecuencias de nuestras expresiones libres pueden ser costosas. Parece, por ejemplo, decir algo desagradable a tu ex novia en Facebook puede costar 165 libras británicas (alrededor de $250).

Todos hemos tenido algún comentarista insultante, beligerante o simplemente tocapelotas. Es lo que vulgarmente se conoce en Internet como troll y no hay bloguero que se precie que no tenga al menos uno. Si no tienes al menos un troll, no eres nadie y lo que escribes no importa un bledo. En los últimos tiempos estoy viendo un incremento del número de trolls por este blog. Ante la baja calidad del trabajo de estos trolls, me ha parecido una buena idea publicar algunos consejillos para los novatos en estas lides.

xkcd y una nueva variante de trolling. ¡Es genial!