Al respecto, e igual a diestra que a siniestra, ya no hay tonto con balcones a la calle que se resista a recitar el mantra de Hessel. Ese efectista ¡indignaos! tras el que mora el preceptivo carrusel de lugares comunes de barra de bar; en su caso, una exhaustiva retahíla de tópicos donde apenas se echa a faltar nuestro castizo "¡con la que está cayendo!". Surtido, en fin, de manidas convenciones retóricas que culmina con cierta concesión inopinada, a saber, la de que "el terrorismo no es eficaz".