Suecia ha decidido conceder cerca de 2.800 millones de euros en garantías de crédito y préstamos de urgencia a las empresas del sector del motor, entre ellas Volvo y Saab, pero sin adquirir participaciones en su capital. Más al Sur, en Alemania, el país fabricante de vehículos de gran cilindrada y de elevada gama también sucumbe a la peor crisis en la industria del motor desde la postguerra. BMW, Daimler o Volkswagen reconocen que el mercado local se contrae de forma alarmante, mientras las exportaciones sufren una caída brutal.