Un tanatopráctico de la Funeraria de Vic (Barcelona), Joaquín Berrocal, explicó que con los años, la sociedad ha ido evolucionando y cada vez "acepta" más su profesión, aunque añadió que "siempre hay alguien que no les entiende". En este sentido, Berrocal, recordó que cuando empezó a dedicarse al embalsamamiento de cadáveres "cuando iba a un bar la barra se quedaba vacía". Sin embargo, ahora "hay gente a la que le interesa" su trabajo y, según señaló, algunos hasta le "admiran". A penas hay 100 en toda España.