Todavía en este país el guerracivilismo sigue presente a uno y otro lado del camino, aquí nos encanta señalar con el dedo y a mas de uno les encantaría darte un paseo, olvidamos los horrores del pasado que termino con poetas e intelectuales victimas del odio irracional o en el mejor de los casos con el exilio o destierro de muchos de ellos. Es un virus que ha mutado desde las cavernas del odio a la democracia parlamentaria, sus síntomas son la intolerancia, la demagogia, el sectarismo, la envidia, de los que no respetan las ideas o el porte...