La historia es digna del ‘Club del chiste’, aunque más que risa la desidia que demuestran los hechos da ganas de llorar. Todo comenzó el miércoles cuando llegó al Ayuntamiento de Burgos un sobre grande cuyo destinatario era el alcalde pero que se entregó al concejal de Juventud, al comprobarse que se trataba de un asunto de su competencia. Pues bien, cuando el edil lo abrió, se encontró con una placa del Gobierno con una referencia al Instituto de la Juventud (Injuve), dependiente del Ministerio de Igualdad. Junto a ella, una carta firmada...