Jérôme Savary fue un torrente de ideas, imaginación, divertimento y teatro, mucho teatro, cuando aterrizó en la escena europea de los años sesenta del pasado siglo con Le Gran Magic Circus (et se Animaux Tristes), que con los años se ha convertido en La boite à rêves. Y ha vuelto a ser el que era en su primer desembarco en el Festival de Mérida, dirigiendo Lisístrata, de Aristófanes, en el Teatro Romano, uno de los espacios que más le han impactado en su paseo mundial de años con más de 150 espectáculos propios .