Varios cientos de jóvenes, que en algunos momentos han llegado a los 5.000, permanecen en una fiesta que comenzó la pasada Nochevieja en la antigua fábrica de cemento de Buñol (Valencia) y que, al parecer, ha sido convocada a través de mensajes de telefonía móvil e internet. Según han confirmado a EFE fuentes municipales, el lugar de la fiesta está alejado del casco urbano por lo que los vecinos sólo escuchan de lejos la música y, por ello, la vida del pueblo "está discurriendo con toda normalidad".