"Ponme esa cinta otra vez, pónmela hasta que se arranquen los cachitos de hierro y de cromo a cantar como tú sabes". Lo recitaba Kiko Veneno ayer mismo, como quien dice, en 'En un Mercedes blanco'. Pero cómo habrá pasado el tiempo, que las cintas de las que hablaba, las cassettes, son cosa del pasado. Han desaparecido del mapa. Ellas, que se amontonaban en la guantera del coche para llenar de canciones de Camela o chistes de Arévalo los viajes al pueblo. Ellas, que 'petaban' los 'loros' con la que la chavalería sacaba la música a la calle. Ella