Ruedas de automóvil, bidones llenos de aceite usado de automoción, varios parachoques de un turismo, baterías viejas y llenas aún de ácido, motores de coche y un vehículo semidesguazado. Todo ello tirado junto a quince toneladas de cebolla destinadas a convertirse en el relleno de morcillas. Ése fue el cuadro que se encontraron agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil cuando entraron a inspeccionar un almacén ilegal en Xirivella dedicado a la recogida de residuos de automoción.