¿A nadie se le ocurrió dar la voz de alarma? ¿Protestar, al menos, por la delirante inclusión de una periodista del mundo de la telebasura, como Cristina Tárrega, que lleva veinte años en Madrid pateándose los platós de Sálvame y programas similares? Una incorporación, la de Cristina Tárrega, cuyo origen está, según cuenta el diario El País, en que la mano derecha de Fabra, Esther Pastor (a quien supongo que cabe otorgarle los "méritos" de la organización del acto) y Tárrega se conocieron a través de un conocido común: su peluquero.