Leo Mustonen, un aviador norteamericano de la Segunda Guerra Mundial, desapareció después de un accidente de aviación ocurrido en 1942 en el glaciar Mendel, en la cordillera de Sierra Nevada, California. Sus restos congelados permanecieron 63 años sepultados en el glaciar hasta que unos montañistas los descubrieron en octubre de 2005.El 18 de Noviembre del 42, Mustonen salió con dos cadetes y un piloto. Iban a realizar un vuelo de entrenamiento de rutina, pero la aeronave se estrelló y los aviadores desaparecieron sin dejar rastro...

Las siete u ocho décadas que debieron transcurrir hasta que fue aceptada la teoría de Newton de que la gravitación era la responsable de los movimientos de los planetas, los treinta y cinco años que pasaron hasta que se redescubrieron las leyes mendelianas, o el medio siglo que transcurrió antes de admitirse la teoría de Wegener de la deriva continental, son sólo algunos de los ejemplos que nos proporciona la historia de la ciencia, pero hay muchos más.

En un episodio de la primera temporada de la serie House que emitieron el martes pasado en Cuatro, el irritable doctor asegura que los 6 hijos de una pareja no pueden ser todos del mismo padre, ya que había unos niños con ojos verdes y otros con ojos azules, mientras que la pareja tenía los ojos marrones. En MalaCiencia explican el error de concepto cometido en esta aseveración, basándose en las fundamentales Leyes de Mendel.

[c&p] . A estas alturas, resulta que de los siete genes estudiados por Mendel en el guisante ¡sólo se han secuenciado tres! En Scientific American precisamente publicitan el descubrimiento del tercero, el relativo al color de la semilla. Al parecer, el genoma del guisante es tan grande que la localización exacta de la posición de los genes es bastante tediosa, por lo que los autores de la investigación lo localizaron primero en una hierba, Festuca pratensis, concretamente en unas variedades incapaces de degradar el pigmento verde

Sus trabajos sobre los guisantes al tipificar las características fenotípicas (apariencia externa) lo llamó «caracteres». Usó el nombre de «elemento», para referirse a las entidades hereditarias separadas. Su mérito radica en darse cuenta de que sus experimentos (variedades de guisantes) siempre ocurrían en variantes con proporciones numéricas simples.[...]

Una pequeña historia de los protagonistas de la teoría de la evolución con guisantes, moscas y polémicas.

Un reciente estudio publicado en la revista Nature (Mayo 2006) nos habla de un experimento en el que unos ratones no deberían tener manchas en colas y patas bajo las leyes de genética de Mendel. Parece ser que el ARN pudiera tener una utilidad más amplia que la de solo ser transmisor como se ha pensado hasta ahora. Este descubrimiento, todavía muy en ciernes, podría alojar luz sobre ciertas anomalías genéticas en las que personas con un gen mutado están enfermas y otras sanas.