Gabriel Calzada, presidente del Instituto Juan de Mariana, recibió la semana pasada un paquete sospechoso. Según Calzada, tras recibirlo, y antes de abrirlo, llamó a la empresa remitente, de energía solar, y una empleada le contestó que era su “respuesta a los artículos sobre energía”. Nada le hacía pensar al destinatario que podía tratarse de algo que podía interpretarse como una amenaza con forma de artefacto casero desmontado. “Los cuatro nos miramos y pensamos lo mismo”, comenta Gabriel Calzada, “se trataba de una amenaza que podía...