La Rábita Califal y la ciudad fenicia, dos yacimientos arqueológicos únicos en el Mediterráneo, se caen a pedazos. Para los arqueólogos se trata de un "tesoro" por descubrir e investigar, sobre todo porque ambos yacimientos han permanecido sepultados desde hace siglos bajo las dunas de Guardamar, hecho que, precisamente, le confería que sus conservación fuera asombrosa. Sin embargo, las partes excavadas y al aire libre de estos yacimientos se caen a pedazos, a pesar de que están declarados BIC (bien interés de cultural)