El presidente ruso, Dmitry Medvedev, que llegó al poder no hace ni dos años, anunció en marzo pasado su plan para reverdecer la innovación de la era soviética y sacar a Rusia de su dependencia de las exportaciones de gas y petróleo. En Skolkovo, una zona a 20 kilómetros de Moscú, quiere levantar de la nada el que la prensa local ya ha bautizado como el Silicon Valley ruso.