Roman Abramovich ha reconocido que el Chelsea no puede devolverle el dinero que le ha prestado, como propietario, desde junio de 2003. O al menos no puede devolvérselos y al mismo tiempo aspirar a la cumbre del fútbol mundial, desplazando a los gigantes consolidados. Es por eso que el oligarca ruso acaba de convertir en acciones nada menos que 550 millones de dólares. Esta no es la primera capitalización que hace de sus préstamos al club, y muchos creen que no será la última.