Lo cuenta José María Martín Patino, que trabajó con él desde 1965 (fue primero director de liturgia, a las órdenes del cardenal, y luego fue su vicario general en Madrid hasta 1983). En 1983, a Vicente Enrique y Tarancón (1907 -1994), que descansaba en Vila-real, cerca de su Burriana natal, lo llamó el nuncio de su santidad, Antonio Innocenti. Tenían que hablar, véngase a Madrid. El cardenal que había enrojecido a la ultraderecha española en dos fechas clave ...