El acceso a la información contenida en los dos ordenadores portátiles requisados al exjefe militar de ETA Mikel Garikoitz Azpiazu, Txeroki, resultará muy difícil, a menos que el etarra facilite la contraseña o que los investigadores, en un golpe de suerte, acierten la clave. Así lo han asegurado fuentes de la lucha antiterrorista, que han confirmado que los dos equipos informáticos se encuentran protegidos con el ya conocido programa PGP, utilizado desde hace años por los miembros de la banda terrorista.