Remover la envidia y el rencor, además del miedo, es otra de las especialidades de los mainstream globales. La campaña mediática que cubre el proceso de Kim Schimtz deja de lado la opinión de los usuarios, la utilidad del invento, las consecuencias que atentan contra el trabajo y la privacidad de millones de personas y, de manera insólita, todos los informativos se vuelven ascetas: recriminaciones por las chicas Playboy, la colección de coches y la mansión en Nueva Zelanda han aparecido recalcitrantes en las televisiones, las radios, los perió