Hace años, cuando me estaba especializando en psicoterapia, el entonces profesor Tullio Bazzi solía repetir durante sus estupendas clases la siguiente imagen: «Si a una persona sana le preguntáis cuánto son 2+2, responderá sin sombra de duda que 4; una persona neurótica responderá que son 4, pero que no está nada segura; una persona psicótica, o sea, demente, responderá con seguridad que son 5».