No hay, a mi juicio, ninguna tontería pseudocientífica que merezca el pasotismo de los escépticos. Hace años, se puso de moda entre algunos colegas la idea de que ya no había que perder el tiempo respondiendo a las bobadas de los ufólogos, parapsicólogos, astrólogos y demás pseudólogos. Había que pasar a una nueva fase en la defensa del pensamiento crítico centrada en asuntos socialmente más relevantes como la antivacunación, el negacionismo del sida, la investigación con embriones, el cambio climático, los transgénicos…