Una chica de unos veinte años, aunque probablemente tenga menos, empuja el carrito de un bebé en la plaza de un barrio de clase alta en la ciudad de Lima en Perú. Lleva uniforme. Inmediatamente me recuerda una escena de esas películas españolas de los sesenta con Gracita Morales. En un banco, cerca, una señora con abrigo de piel, sentada, observa, también, la misma escena.