"La verdad es que no me gusta ponerme piripi. En la familia Raventós de nadie hemos oído: "Se cogió una trompa". No nos cogemos trompas, quizá porque al nacer nos dan una cucharadita de cava" afirma María del Mar Raventós, presidenta del grupo Codorniú.

La capital británica reúne esta semana a las principales bodegas del mundo. Países como Australia, Chile, Francia, Italia, Alemania, Argentina y España copan el grueso de los stands de la London International Wine Fair, donde también pueden catarse vinos procedentes de países como Estados Unidos, Austria, Hungría, Uruguay, Georgia, Turquía, Canadá, Malta y Nueva Zelanda. Codorníu ha decidido aprovechar la feria para presentar algunas de sus últimas novedades. Destaca el lanzamiento al mercado del primer albariño elaborado fuera de Galicia.

Codorniu registra pérdidas de un millón de euros en el pasado ejercicio, en parte debido a un 10% menos en las ventas por el boicot al cava catalán

Codorníu registró las primeras pérdidas en la historia reciente de la compañía, fundada en 1551, que ascienden a 905.000 euros en su último ejercicio fiscal (julio 2005-junio 2006), frente al beneficio de 3,76 millones obtenido en el año anterior, según el director general de la empresa catalana, Xavier Pagés. Y es que ya hay cava en Extremadura, en Andalucia, en Castilla y León...

Codorníu se ha comprometido a pagar más de cuatro millones de euros a su principal competidor, Freixenet, y a cederle más de dos millones de botellas blancas esmeriladas, valoradas en otros tres millones de euros, para poner fin a la denominada guerra del cava.