Uno de los carteles diseñados por el sindicato CNT para la pasada huelga general del 29 de marzo mostraba, [...], la imagen de una atractiva joven que, puño en alto, se erguía sobre un grupo de anónimos manifestantes. [...], parecía significar una refrescante novedad en la habitual imaginería de los sindicatos españoles, caracterizada por la influencia de la propaganda soviética y los símbolos de la lucha obrera: el proletariado como protagonista, los tonos rojizos y negros y la representación heroica de un trabajador, generalmente varón.