A mediados del 2004 NEC comenzó a recibir en Tokio informes sobre productos falsificados (teclados, compactos, DVD vírgenes, monitoes y otros productos) que se vendían con esta marca en comercios de Beijing, Shanghai, Hong Kong y Taipei. A raíz de esto, NEC contrató una companía investigadora y luego de casi dos años, sorpresivamente se encontraron con una empresa NEC paralela.