Nacida con una malformación genetica conocida como "Sacral Agenesis", Rose padecía una malformación severa de sus piernas y pies, los cuales apuntaban en dirección opuesta. No sentía sus piernas y, cuando era una niña, estaba en peligro de dañarse. Al cumplir los 2 años, su madre, después de consultar con los médicos del hospital, decidieron que lo mejor para ella, era recurrir a la amputación. No es el único caso raro en su familia, su hermano de 29 años, tiene una mentalidad de un niño de 8. Noticia del 23 de Julio de 2008.