#nolesvotes,
#15M,
#nonosvamos y otros son algunos de los nombres de esta movilización. Es algo desorganizada, ruidosa, alocada, amenazadora, dispersa, en fin, como casi todas las cosas que merecen la pena. Los políticos querrían que no fuera amenazadora, que no cuestione un estado de cosas que es casi inaguantable. Que no fuera desorganizada, que tuviera una comisión con un listado de peticiones. Se reunirían con un ministro y les dirían que ya las irían estudiando. Para luego, olvidarse de ellas.