Francine Gálvez contó cómo era trabajar en la sede de Torrespaña en aquella época, en la que las acusaciones de manipulación ya estaban a la orden del día. De hecho, la presentadora, entonces con 23 años de edad, fue la primera en abandonar voluntariamente su puesto frente a las cámaras tras ser testigo en primera persona de la burda instrumentalización del ente público. “Era demasiado joven e inocente y creía demasiado en el periodismo. Hasta que vi que en el 'Telediario' que presentaba no se podía hablar del caso de corrupción Juan Guerra”
