Puede decirse que, a lo largo de estas décadas, el misterio Galíndez ha sobrevivido al paso del tiempo alimentado con el secreto de las autoridades estadounidenses, el silencio esquivo del PNV, la eliminación de los archivos gubernamentales en la República Dominicana y, quizá, también con la vocación ahistórica de la democracia española.Demasiado secreto en torno a un hombre que trató de sostenerse en el vendaval internacional desatado tras la guerra civil española y que encontró una muerte horrenda a manos de los sicarios de Leónidas Trujillo.

Manuel Aznar Zubigaray se ha convertido en centro de atención editorial. Próximamente aparecerán dos libros sobre el abuelo del presidente, quien en su juventud fue un encendido defensor de Sabino Arana, fundador del nacionalismo vasco, denostado en numerosas ocasiones por su nieto. Uno de los libros, escrito por los diputados peneuvistas Iñaki Anasagasti y Josu Erkoreka, relata la peripecia del fundador de la saga Aznar que comenzó siendo nacionalista y acabó integrado en el franquismo.