Un hombre que fue condenado por un juzgado de Instrucción de Cartagena, por decir que le iba a romper la cabeza a un menor que había herido de un perdigonazo a su hija, alegó en el recurso que presentó ante la Audiencia Provincial que la amenaza no existió, porque a la hora de expresarse utilizó «el pluscuamperfecto de subjuntivo».