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Un niño se come más de 50 imanes porque quería volverse "magnético"
o todo salió como pensaba, así que, viendo que ni tenía 'poderes' magnéticos ni tampoco expulsaba los imanes de su cuerpo, decidió avisar a su madre a los cuatro días de haberlos ingerido. Esta, asustada, lo llevó de inmediato al hospital. Hasta ese momento, el menor solo había confesado haberse comido dos imanes "por accidente", pero tras una radiografía los médicos le informaron que había cerca de 50 imanes de juguete dentro de su estómago e intestino.
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