"Zaro caminaba a contracorriente de los alumnos que abandonaban el auditorio. Se cruzó con Adriadna, con quien intercambió una mirada de un segundo. Tuvo que volver su vista hacia delante porque se chocó con María, que iba hablando con ella. Escuchó algo rápido de esa conversación , como que se conocían de antes. Pero no le prestó mucha atención ya que Alberto Tejada estaba a pocos pasos y estaba decidido a dejar la sala.
-Disculpe profesor. ¿Tiene un segundo?
-¿Pero no habéis tenido diez minutos de preguntas?
-Es un tema privado. Quería hablar de los sueños premonitorios. De los de verdad.
El profesor que en una mano llevaba un maletín y en la otra el sombrero, se lo volvió a colocar encima de su cabeza.
-Está bien. Vamos a la mesa. ¿Te llamabas Zaro, no?
-Sí. Bueno verá, sí que he tenido sueños premonitorios alguna vez que otra. No es que me ocurra a menudo, pueden ocurrirme cada año o cada tres meses y luego no sucede al día siguiente por así decirlo.
El profesor le cedió el sitio que anteriormente usaba Adriadna, olía a un perfume fresco y afrutado, él volvió a retomar su asiento.
-Acontecen más tarde, en unos meses o en un tiempo más lejano - le terminaba la frase el doctor- . Déjame hacerte una pregunta. ¿Conoces lo que es un déjà vu?
-Sí, cuando experimentas algo en el presente que crees que ya has vivido antes.
-Es más una anomalía - añadía Alberto Tejada-. Entonces, ¿entiendes la diferencia, y no es esto no?
-He sufrido alguno que otro como todo el mundo, pero me refiero a soñar algo y que pase tal cual. La primera vez que me ocurrió me asusté mucho porque no sabía cómo podía ser posible.
-Descríbemelos, si no es mucha indiscreción."
Capítulo III - "La Conferencia"