Pensadlo mejor cuando pedís a los jóvenes que se contengan, o cuando pedís a los hombres que no sean violentos, porque quizás esteis debilitando los brazos y el coraje que os podrían salvar mañana, en la hora de la verdadera necesidad.
Ese mundo tranquilo, femenino, sin violencia y sin conflicto que os pintan como un paraíso, en realidad sólo conviene a los lobos y los pastores.
Las uvas de la ira. John Steinbeck.