«Su misión era combatir, y ustedes cumplieron su misión como mejor pudieron: lucharon y murieron como héroes, distinguiéndose ante toda Europa. A otros, nuestro cometido nos proporcionaba la oportunidad de robar, y también nos distinguimos: tanto robamos que nuestra fama llegó igual de lejos. Pero, si hubiera existido una orden que, por ejemplo, nos hubiese obligado a todos a intercambiar nuestros puestos, enviándonos a nosotros a las trincheras y a ustedes a los suministros, en tal caso, nosotros, los ladrones, habríamos dado la vida combatiendo y ustedes habrían robado».
El sinvergüenza. Nikolai Leskov.