Las historias falsas tienen una ventaja intrínseca frente a la verdad cuando se trata de unir a la gente. Si pretendemos evaluar la lealtad de grupo, hacer que la gente crea en un absurdo es una prueba mucho mejor que pedirle que crea la verdad.
Si un gran jefe dice «El Sol sale por el este y se pone por el oeste», no se requiere lealtad al jefe para ovacionarlo. Pero si el jefe dice «El Sol sale por el oeste y se pone por el este», solo los verdaderos leales batirán palmas.
De forma parecida, si todos los vecinos creen el mismo cuento extravagante, podemos contar con ellos para que estén unidos en tiempos de crisis. Si solo están dispuestos a creer hechos acreditados, ¿qué demuestra eso?
—Yuval N. Harari, 21 lecciones para el siglo XXI.