Soy uno más, uno entre tantos de esos personajes que Don Pío arrojó al mundo. Él, que se reconfiguraba a cada paso de sus anchos zapatones como un vagamundos, descontento, subversivo y al tiempo amansado, un calvo asceta que sin contenerse como hombre clamaba por un orden vital que nunca encontró.
Yo mismo, adolezco de vida y espíritu, tengo todas las remembranzas y las taras de un personaje barojiano cualquiera....
Autor: José Miguel Gándara C.