no hay nada más vivo que llorar
por la muerte de todas las vidas que no fueron,
que murieron en nuestras elecciones,
el reino del hubiera,
que sí existe, pero
solo en nuestro deseo, entonces
cuando tomamos una decisión que implica
la anulación de otra opción y
la muerte de otras posibles vidas
hay que saber dejarlas
de desear del todo, que mueran
y entonces llorarlas como corresponde...
Conviene aprovechar ese estado para
elegir los sobrevivientes
de nuestras próximas vidas.