Al contrario de lo que parecen pensar los economistas liberales, la gente que no puede competir en el mercado no desaparece sin más. Sigue ahí.
La gente que no se recicla, que no puede competir, que nunca tendrá un empleo, ni ganas de aprender nada, ni base para ello, ni oportunidades en su vida, ni formación, ni suerte, ni voluntad... ¡Sigue ahí!
Y los liberales no saben lidiar con ello.
Feindesland. 2015. Diario de León.