Epitafio de un poeta cínico

Alguien cuando pase el tiempo,

y encuentre mi calavera

el tiro que no me ha dado

buscará en la sien entera.

Y en las cuencas de mis ojos

querrá adivinar tal vez

lo que vi, cuando veía

y que yo nunca miré.

A ese piadoso erudito

que busque el paso borrado

–¡un débil paso terreno!–

de la vida de un cansado

de sí mismo, quiero dar

esta confesión tardía

resuelta en un epitafio,

pues que puedo todavía:

Llegó,

venció,

fue vencido

en lo que quiso vencer.

Escribió,

y en el tintero

dejó lo que quiso hacer

por hacer lo que quisieron.

Y se fue...

César González Ruano.