¡A por ellos!

Que prendan fuego al cielo

las teas de los pobres,

que borren de los templos

los nombres de los dioses,

que salten ya los goznes 

de todas las bisagras, 

que todas las palabras

acerquen la esperanza,

que el llanto del que sufre

afile nuestras armas,

que mezclen el azufre 

con sal nuestras plegarias.

Si pudieras verme ahora. Feindesland. 1991