En 1899, La Compañía Ferroviaria de Chicago y Alton había construido el que llamaron "el tren más espléndido del mundo", pero ahora querían hacerle una foto. Llamaron al fotógrafo chicagüense George R. Lawrence, quien sugirió que haría la fotografía más grande del mundo. Para lograrlo, necesitaría construir la cámara más grande del mundo