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La modelo de Playboy que retrató el erotismo en la melancolía de una mujer
La soledad y la intimidad están ligadas por un invisible hilo que yuxtapone sus fines. A través de la intimidad nos encontramos con el otro, pero en la soledad aprendemos sobre nosotros. Ambas parecen ser contradictorias, pero si la intimidad exige un poco de contacto, ¿por qué no puede ser con nuestro propio cuerpo? El erotismo vive más allá de los ojos del espectador, el amante o los que estén disfrutando el momento. El contacto se convierte en placer al tener compañía, pero si nuestro cuerpo explora su soledad el erotismo se transforma.
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