La fábula del pastor mentiroso cuenta que un joven pastor, que cuidaba de su rebaño de ovejas en las cercanías de un pequeño pueblo, se le ocurrió un día gastar una broma a los habitantes del lugar: acudió al pueblo gritando que se había encontrado con un lobo y que se iba a comer a sus ovejas. Esto alarmó a los habitantes que se dispusieron a ayudarlo, sin embargo, cuando llegaron al lugar en donde había avistado al lobo solo se encontraron con la burla del joven.
El pastor repitió la misma broma alertando que el lobo venía por su rebaño de ovejas e igualmente los habitantes del pueblo acudieron rápidamente a ayudarlo, solo para encontrarse al joven pastor riéndose nuevamente.
El lobo, sin embargo, sí apareció un día y el joven volvió a acudir al pueblo para pedir la ayuda de los vecinos, pero, debido a que estos pensaron que se trataba de otra broma pesada del pastor, decidieron no ir a ayudarlo.
El cuento finaliza con el lobo dándose un festín con las ovejas sin que el pastor pueda hacer nada.
La moraleja de esta historia es que, si uno abusa de la confianza y no es sincero, pierde toda credibilidad y al final nadie cree a un mentiroso, ni siquiera cuando dice la verdad.
Los medios de comunicación, redes sociales, teóricos de la conspiración, trolls y magufos, se han convertido en una suerte de pastores mentirosos que difunden o promueven todo tipo de falsedades que hacen que al final se cuestionen las instituciones de toda índole y se dude de todo, hasta las verdades más evidentes y que cuando se revelan las verdaderas conspiraciones, que las hay, como las meigas, sean vistas como otro bulo más.
Así sabemos, entre otras grandes “verdades”, que el mundo está controlado por el Grupo Bilderberg, la familia Rothschild y los alienígenas del Área 51, que el hombre no fue a la Luna, la Tierra es plana, los chinos nos quieren controlar con el 5G (haciéndole la competencia a UKUSA), las vacunas llevan microchips, la Homeopatía funciona, Elvis, Hitler y el Fary siguen vivos y que hay 72 vírgenes esperando en el cielo a cada yihadista que estrelle un avión.
Tampoco ayuda que la Iglesia y un montón de profetas iluminados nos lleven 2 mil años atormentando con el día juicio final, un día que no da llegado y que cada dos por tres aplazan: iba a ser en 1984, 2000, 2012, 2020 .. o puede mañana mismo: y es que un día te levantas y el mundo que conoces se va a la mierda y estas rodeado de zombies o alienígenas, hace un frío del carajo por una repentina glaciación, Dios decide jugar a la petanca tirándonos un meteorito o algún hijo de putín se levanta con el pie izquierdo (siempre es la izquierda, mano mala) y decide ser Thanos; y ahí te ves tu bien jodido, luchando por tu vida y la última lata de sardinas a lo Mad-Max, diciéndote que la tía gorda que ayer te miraba con deseo no era tan fea, sobre todo si apagas la luz.
Porque el mundo se creó en 6 días, pero solo hace falta uno para que todo se vaya a tomar por culo.
De este modo cuando te cuentan que el 22 de agosto fue “el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra” chan chan chan, esto es que a mediados de agosto ya nos hemos comido, bebido y fumado todos los recursos naturales que el planeta es capaz de regenerar en un año, te la suda, porque tus pelotas siguen en su sitio, la nevera está llena de cerveza y si se acaba hay más en el Super. ¿El cambio climático? otro cuento más, que sube la temperatura, que en 2020 tuvimos el verano más caluroso que se recuerda? joder normal, ¿tú has visto como han ido reduciéndose los bañadores de las tías desde 1900? ¿Sobre explotación de los mares, que la ganadería industrial destruye el planeta? Eso es una invención de los veganos para que comamos más verduras. Miles de especies en vía de extinción? Eso es porque no las torean ni sirven para cocinar.
¿También dicen que petróleo se va a acabar en 10, 15 o eran 20 años? ¡Bah! eso llevan diciéndolo desde los años 70, ¡joder que 20 años más largos!
Y es que los números grandes con muchos ceros se nos atragantan: eso de que el mundo se creó hace miles de millones de años es muy difícil de asimilar mejor que fuese hace 6000 años, 4 dígitos como el pin de la tarjeta o el móvil, más fácil de recordar.
Finalmente llegamos a la epidemia de Covid, las teorías son para todos los gustos: que si salió de un laboratorio de China; que si fue fabricado por las farmacéuticas para forrarse con las vacunas; un plan de Bill Gates para implantarnos microchips; de Trump para joder a los chinos (pero le salió mal) o del Coletas para implantar el 3º Reich digo la 3ª República (pero con la ayuda de Lucifer que los podemitas no son tan listos), o una conspiración de Hidra (Marvel TM) para controlar el mundo sirviéndose de la Cultura del Miedo (ver Capitán América: el Soldado de Invierno) o del Estado Islámico ¿o es que nadie ha caído que la mascarilla es en el fondo un Burka? No os riáis, fanáticos sí, pero no tontos. Los USA tardaron 10 años en dar con Bin Laden y eso que tenían a Chuck Norris, Rambo, Jack Bauer y el Equipo A (el del remake, no el original, que ya la han palmado casi todos de viejos).
Así que cuando sales a desconfiar de las vacunaciones masivas con vacunas creadas en tan poco tiempo y por farmacéuticas o países poco fiables como Rusia o Pzifer (fundada en USA por emigrantes alemanes y que ha tenido que pagar miles de millones de $ en indemnizaciones en demandas por fármacos peligrosos) ya te están tildando de magufo o teórico de la conspiración, poniéndote más negativos que un electrón o directamente llamándote gilipollas por decir esas chorradas.
Así llegamos a 2022 cuando la inmensa mayoría de la población mundial fue vacunada contra el coronavirus: hasta el Papa se vacunó, que a fin de cuentas es mayor y es un grupo de riesgo.
Vacunas había unas cuantas: todas las farmacéuticas grandes y pequeñas, Rusia, China India, … joder si hasta España al final sacó sus propias vacunas: una financiada por el Gobierno Central y otra por la Comunidad de Madrid (aunque no tuvieron mucho éxito, la gente prefería una de las otras, por si acaso).
Muchas vacunas, pero todas contra el mismo virus, la misma enfermedad, con múltiples y variados efectos secundarios, la mayoría menores y tolerables, algunos fueron horribles, ninguno agradable, y no, los/las mutantes sexis y cachas con podes solo salen en la ciencia ficción.
De entre todos esos efectos secundarios hubo uno que era común y no, no es el que pensaría la mayoría o tal vez si, si viste la película o leíste la novela.
Josef Mengele, médico de las SS que experimentó con humanos en los campos de concentración nazis, buscó sin conseguirlo, un arma biológica para aniquilar a las razas inferiores. Otros, como Vallejo-Nágera buscaron el gen rojo, el judío, el negro, el gay, etc.
Ninguno lo consiguió, porque, joderos supremacistas blancos de ojos azules, todos descendemos del mismo grupo de primates (que no monos) de piel negra que vivió en África hace más de 100 mil años y las diferencias en el ADN son mínimas.
En este mundo globalizado, capitalista y sobre todo superpoblado al final no hay izquierda ni derecha, negro o blanco, creyente o ateo: están los que tienen y los que no. Que no es lo mismo que ricos y pobres pero se parece.
Con más de 7500 millones de clientes, hasta el hombre más pobre del país más pobre de la Tierra (puesto que se disputan Níger, República Centro africana y Burundi) puede pagarla, el tratamiento contra los efectos secundarios de la vacuna no.
A mediados de 2023 empezó a detectarse un descenso de nacimientos y para finales de año la tasa de natalidad se había reducido en un 90%, para el año siguiente era de menos del 1% de la de 2022.
Alto ahí!, que yo he visto la película: ¡Estas plagiando el argumento de Hijos de los hombres!! que no cuela, aunque ahora digas que se salvan los que emplearon la vacuna de la Ayuso.
Pues va a ser que no y esa sí que era de las malas (la vacuna, la persona puede, no la conozco): veréis, esterilidad no es lo mismo que infertilidad, la diferencia es, esto .. buscadlo en Google.
En 2017 científicos de la Universidad de Cambridge lograron crear por primera vez un embrión de laboratorio a partir de células madre, y desde entonces este y otros muchos grupos siguieron investigando, y cuando se pone pasta, mucha pasta se consiguen resultados.
Así que si un individuo,ya no hace falta pareja, quiere tener un hijo y puede pagarlo lo consigue, solo hacen falta unas cuantas células y un vientre de alquiler (en unos años ni eso) y ya tienes bebe.
En 2024 solo un 3% de la población mundial podía permitirse tener/pagar, para tener hijos (que no, que tampoco estoy plagiando la serie esa de 3%), en los países ricos de Europa, Oriente Medio, regímenes como el de Corea del Norte y paraísos fiscales los gobernantes financiaron a toda la población los tratamientos, en los demás, como España, si no puedes pagar te jodes, haber nacido en el barrio de Salamanca o haber estudiado en un colegio privado que viene a ser lo mismo.
¿Guerras? sí, pero por la misma mierda de siempre: recursos, territorio, religión, etnia, etc.., además ahora había más carne de cañón dispuesta a luchar, ya sabemos cuál es el premio.
¿Revoluciones? Ninguna. ¿Cómo una minoría se impone sobre la mayoría? pues como siempre se ha hecho: controlando los gobiernos (da igual el tipo), las fuerzas armadas y policía, poseyendo la mayoría de la riqueza y medios productivos y dividiendo a la clases inferiores: la unión hace la fuerza, sí, pero los grupos necesitan líderes, sin lideres reina la anarquía y el sálvese quien pueda, si alguien destaca se le recluta, nadie o casi nadie quiere ser pobre, si te dan la oportunidad de ser suela lo tomas y si no, si sigues fiel a tus principios bueno, los accidentes suceden.
Para 2045, 25 años después de la Gran Pandemia China, el español típico es un individuo de más de 40 años, sin hijos obviamente, que vive con una pareja o como parte de un grupo de 4 individuos (dos parejas), en una vivienda construida durante la época del ladrillo en una ciudad, heredada de los padres o asignada por la agencia de la vivienda, entidad gubernamental que gestiona una enorme bolsa de viviendas obtenida del “rescate” a los bancos durante la crisis hipotecaria de finales de los años 20 en la que se embargaron viviendas a saco.
No tiene trabajo, subsiste gracias a la renta mínima, popularmente conocida como paguita, que concede el estado a todos los ciudadanos sin recursos, que son la inmensa mayoría de la población (un 90% en España). Esta renta solo permite adquirir comida de baja calidad producida en masa, que algunos frikis llaman Soylent Green y que termina causando problemas de salud como obesidad, diabetes, hipertensión, etc. que no puede tratarse debidamente ya que la atención sanitaria que disponen es solo online con una IA que receta medicamentos que solo alivian los síntomas. También le permite comprar drogas, cuya producción y comercialización ahora es legal en la Unión Europea (España es el principal productor europeo) todo lo demás ropa, calzado, electrónica, electrodomésticos o muebles son usadas y ahora las grandes cadenas y centros comerciales como Carrefour venden todo de segunda mano. Nuevo no compensa fabricarlo porque no puede pagarlo, además se gana lo mismo fabricando un coche de lujo que mil utilitarios y se gasta menos materias primas.
Bueno, si hay algo nuevo que puede adquirir: un móvil, eso sí de gama baja que ahora se les llama módulos o enlaces y te conectas a la Red o la Nube, eso de Internet es tecnología extinguida. Los enlaces hacen todo lo que hacían los móviles y más: televisores, consolas, ordenadores personales, asistente tipo Alexa y algún trasto más. Son baratos porque los últimos modelos son simples chips que te implanta, se alimentan de la corriente del cuerpo y la pantalla es una lentilla con realidad aumentada. No, no todo el futuro iba a ser una mierda. Aun así, la eutanasia es legal y en algunos países hasta te pagan si te suicidas, obviamente por adelantado o a un beneficiario asignado.
No tiene vehículo, los vehículos de combustión fueron técnicamente prohibidos: el combustible se volvió prohibitivo por los impuestos y las restricciones de movilidad eran brutales. Sin recursos, no puede comprar un coche nuevo eléctrico ni pagar su mantenimiento. De todos modos, tampoco tiene muchos sitios a donde ir: las zonas perimetrales establecidas durante la pandemia se fueron convirtiendo paulatinamente en permanentes y en los años 40 solo se puede viajar a otras zonas perimetrales. Para salir necesitas autorización, generalmente para ir trabajar, algo que cada vez es más escaso, la mayoría de los trabajos no cualificados son realizados por máquinas y los trabajadores cualificados ya no viven en la Zona. Veis, estudiar servía para algo.
Aunque llamarlo “la Zona” es lo más habitual se le da muchos nombres: la valla, el gueto, zulo, favela, barrio venezolano. Igual que a sus habitantes: la chusma, podemitas, proles (1984), charnegos en Cataluña, zipayos en Euskadi, moros o gitanos, son los más comunes.
Lo de llamarlo “zona” viene no solo de las citadas zonas perimetrales, también de las llamadas zonas No-Go, esto es: barrios donde no se mete ni de coña la policía, los taxistas ni los repartidores de Globo. Al principio eran barrios concretos, el barrio marginal que suelen tener todas las ciudades hasta que se fueron ampliando y engullendo el resto de la ciudad incluyendo los barrios de gente bien donde sus habitantes se largaron a su segunda vivienda en la zona residencial, el clásico barrio rico barrio pobre, pero donde los pobres no pueden salir, son los vigilados mientras que los ricos pueden ir a donde quieran.
Claro que en los primeros años, las restricciones de movilidad no eran tan estrictas y al ser necesarias por los rebrotes de la pandemia junto con la situación económica hacía que para la mayoría no fuese evidente, solo cuando la calidad de vida, los servicios públicos y sobre todo la seguridad se fueron degradando hasta niveles intolerables y querías huir, te debas cuenta demasiado tarde que solo podías ir a otra zona igual o peor.
El abandono de las fuerzas de seguridad hizo que el control pasase a manos de clanes gitanos, inmigrantes sudamericanos o magrebíes (de ahí viene lo de llamarlos moros o gitanos) incluso en algunas zonas de mayoría musulmana se llegó a imponer de facto la Sharia pero no duró mucho, rezar no te da de comer ni te saca de la zona.
La venta de los enseres y objetos personales se convirtió en una forma habitual obtener ingresos extra, mejor venderlos antes de que te los quiten, así que al final ya casi nadie tiene libros, cuadros, adornos o cortinas, y electrodomésticos o muebles, los imprescindibles: cama, silla, microondas y nevera.
El dinero en metálico fue erradicado, al igual que los juegos de azar, mucha gente se lo gastaba todo en lotería en un último intento de tener suerte y conseguir una vía de escape. Sin metálico no hay economía sumergida a pequeña estala, la gente se gasta el poco dinero que tiene en lo que se le permite gastarlo.
Tras años de abandono, se terminó recuperando el control de las zonas enviando drones armados con taser y equipados con una IA que castiga ipso facto la más mínima infracción enviándote a los Isocubos, que es una forma chula de llamar a viejos contenedores de barco con un cubo como cuarto de baño.
Oficialmente los habitantes de las zonas se denominan ciudadanos dependientes, o dependientes a secas y como tales tienen menos derechos que los ciudadanos con plenos derechos que se diferencian con los dependientes en que tienen recursos para mantenerse, viven fuera de las zonas rodeados de todas las comodidades que la tecnología puede ofrecer y pueden votar: Si, el servicio otorga la ciudadanía plena, siempre que sobrevivas, porque el Joe Biden iba de bueno y acabo metiéndonos en un fregado de tres pares de cojones con los iraníes, luego con lo pakistaníes, turcos e indios y finalmente los chinos.
La principal ocupación de los dependientes son conectarme en la Nube en los mundos virtuales donde evadirse de la realidad, los más famosos son: The Matrix, Oasis, Slayers, SecondLife, FaceBook, Disney World, Ikea, Amazon y Azure, si, hasta Microsoft tuvo que reinventarse. Antes fue el sexo, alguna ventaja tendría el no poder tener hijos, pero la falta de higiene y las ETS mataron a mas que todas las oleadas de la pandemia juntas. Eso junto con el envejecimiento de la población y el estado físico descuidado en general hizo abandonar a la mayoría, vamos que ahora se folla a lo Demolition Man.
¿Pero quién mantiene esos mundos virtuales si la gente no tiene pasta? pues la compañía Weyland-Yutani, resultado de la fusión de las multinacionales que son las que realmente terminaron controlando el mundo. ¿y para qué? Pues para mantener controlada a la menguante masa mundial de dependientes, alejando sus mentes de su terrible destino: morir de viejos, pobres y sin descendencia.
En 2070, cuando los habitantes más jóvenes de las zonas tienen unos 50 años se toma la decisión de aplicar la Solución Final: aniquilar a toda la población mundial de dependientes que consumen recursos inútilmente.
Por tanto, al final, el bienestar de una minoría supera el bienestar de la mayoría y para que unos pocos puedan vivir en un mundo feliz el resto debe perecer.
¿Y cómo se vive en ese Mundo Feliz? Pues bien, muy bien y de puta madre.
Soma para todos.