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Se extiende la oleada de mudanzas preventivas al quinto cojón
Cada vez son más los padres que, llegada la jubilación, venden sus pisos en la ciudad para trasladarse a aldeas en la quinta puñeta. Aunque el pretexto es su deseo de una vida más sana y tranquila, algunos han confesado a este medio que la verdadera razón reside en que esta es la única forma de presión que les queda para lograr que sus hijos treintañeros abandonen el domicilio familiar.
Los jóvenes, en general, reaccionan con pavor ante esta amenaza, máxime cuando los padres logran encontrar una vivienda en una localidad sin cobertura de teléfono móvil ni posibilidad, siquiera remota, de una conexión a internet medianamente decente.
Los jóvenes, en general, reaccionan con pavor ante esta amenaza, máxime cuando los padres logran encontrar una vivienda en una localidad sin cobertura de teléfono móvil ni posibilidad, siquiera remota, de una conexión a internet medianamente decente.
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