IRC en España. Primera parte

Extracto de chathispano.com/normas/normas-sobre-canales a día 17 - 06 - 17

<< [...] NORMAS EN CANALES DE INTERES PARTICULAR

La norma principal en estos canales, es no aprovecharse de los recursos de la red, para molestar o atacar a los usuarios.

También, deberá respetarse la condición del canal/sala, manteniendo el uso del canal, según la temática y descripción usada en el registro.

NORMAS EN CANALES DE INTERES GENERAL

Además de las normas de los canales personales, también aplicables en esta sección, se debe tener en cuenta también ciertos aspectos.

Cuando la mayor parte de los usuarios accedan desde un webchat, no se permitirá que se prohíba el acceso a todos los usuarios de ese webchat.

No se aplicarán normas arbitrarias sobre uso de colores o estancia en otros canales que puedan impedir de forma automatizada el acceso a estos usuarios.

No se permitirá la apología a las drogas (ya sean duras o blandas), al terrorismo, al nacismo o al racismo.

No se permitirá la promoción, defensa o exaltación, ya sea por medio de mensajes, "nicks", "idents", "realnames" o cualquier otro medio de conductas discriminatorias.

[...] No se permiten expulsiones por motivos de raza, género, orientación sexual, orientación política y en general motivos discriminatorios.

INFORMACIÓN ADICIONAL

[...] En el caso, de que se tenga en un canal de interés general, un bot de moderación automática según nicks inapropiados, palabras prohibidas/malsonantes, repeticiones, molestias… el programador de dicho bot, deberá asegurarse de tener bien configurada dichas protecciones, para no dificultar la expresividad de los usuarios. [...] >>

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"[...] Me ha parecido un programa un poco lioso, es muy diferente a lo que tenemos ahora. Echo de menos ver las fotos de perfil o el estado de la gente, y saber si están en línea o me están escribiendo", es el resumen de M.J. sobre su experiencia. Pero cuando le pregunto si le ha gustado, ahí no lo tiene tan claro: "No, y sí. No, porque está un poco anticuado y no me gusta chatear con gente que no conozco de nada. Y sí, porque puedes hacer bromas y luego te vas sin que sepan quién eres ni nada". Ay, M.J., qué troll habrías sido en IRC de haber nacido unos años antes... "

www.genbeta.com/mensajeria-instantanea/hola-tengo-14-anos-y-he-pasado-

"[...] Hoy un polvoriento libro, un viejo reloj, nos recuerda unos años en donde pudimos empezar a experimentar otro tipo de relaciones: las cibernéticas. El IRC fue una piedra angular de todo ello, permitiéndonos entrar en una sala de chat y al minuto siguiente hablar con un completo -o completa- desconocido/a como si nos conociéramos de toda la vida. Tenía sus riesgos, pero también su atractivo. Hoy los gobiernos nos sobreprotegen mientras aprovechan para de paso cibervigilarnos.[...]"

zonacasio.blogspot.com.es/2016/04/la-banda-del-irc.html

"[...] Por contra IRC deja espacio al trolleo, que no vale la pena molestarse en negar que se trata de una de las piedras angulares de Internet (junto al porno, las fotos de gatitos y darse sopapos dialécticos en los foros). Así pues entre las distintas posibilidades para alterar la marcha normal de un canal o usuario [...]"

www.malavida.com/es/analisis/cosas-que-puedes-hacer-en-irc-y-en-facebo

"[...] ¿Cómo se toman tus ideas controvertidas en el IRC?

Como cualquier otra. Cada uno de los que estamos ahí tiene unos motivos muy concretos para no firmar. Habitualmente la gente del canal se lo toma bien y estamos sometidos a cierta disciplina formal. [...]"

www.vice.com/es/article/este-hombre-lleva-quince-aos-chateando-en-el-i

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Para aclarar al lector interesado: este escrito no va sobre ningún tipo de extraña connivencia entre operadores de canales o de red (comúnmente denominados "arrobas") hipotética y muy malpensadamente elegidos bajo criterios de minusvalía y con los que, consecuentemente y siguiendo esta premisa, encontrarles un más que posible uso para la sociedad (o un espectro particularmente curioso de ella, a la manera en la que un organismo de seguridad estatal discurriera instalar una cámara de grabación en una silla de ruedas de un tetrapléjico para concederle más libertad de movimiento a cambio de sacrificar un poco de su "vida eléctrica" en pro del bien mayor Estatal). Tampoco discutiremos las extrañas maniobras de las que se podría -según sugiere algún maledicente- servir un operador de red (hipotéticamente el único usuario capaz de ver la IP real de cualquier otro) para iniciar seguimientos y sembrado de paranoia mediante el empleo de datos personales entre los usuarios que visitan un canal X (a efectos prácticos y salvando los pormenores técnicos de la analogía, tal sería como ver "el nombre de la casa donde vive una persona" y poder empezar una labor de investigación de vulnerabilidades más concreta).

Este escrito no discutirá estos derroteros ni se detendrá un solo segundo a cuestionarlos. Por lo ya dicho, malpensados y carentes de todo fundamento siquiera remoto.

Recuerdo con exactitud cómo y por qué cristalizó mi afición por las conversaciones en el IRC. Aunque no mencionaré la fecha, dibujaré un contexto: Abril, 16:30 P.M. La natural curiosidad de un joven en el equilibrio entre las normas y limitaciones a respetar y el ímpetu por asimilar las maravillosas creaciones disponibles a mi alcance ofrecen pocas alternativas más allá del ordenador. Apenas pocos años después de haberse construido la torre con sus correspondientes periféricos y con un Internet relativamente deficiente, las descargas de archivos superiores a 500 MB se antojaban epopeyas (y digo esto mirando mi última descarga, de aproximadamente 1,6 Terabytes). Una evolución rápida que nunca pidió permiso ni se le exigió. MSN, botones para hacer vibrar la ventana de conversación, opción de dibujo en los mensajes, emoticonos con animaciones de colores... ¿existe algún programa para hablar con muchas personas a la vez? Existe: por aquel entonces el portal se llamaba Terra. ¿Dónde cliquear? Colores por todos lados sin flechas señalizadoras o "Ud. está aquí", ni aviso del posible castigo, infracción o perjuicio en caso de pulsar en la opción incorrecta. Y esto último no era ningún óbice, antes bien el mayor aliciente.

Al cabo de varios intentos fallidos y siguiendo instrucciones debidamente enumeradas, se entra en los primeros canales. En unos, el recepcionista era un usuario que jamás respondía cuando se le preguntaba, simplemente se limitaba a ofrecer puntos si se acertaban las palabras clave a preguntas que formulaba con tiempo límite; en otros, jueces severísimos que te expulsaban sin clemencia si se te ocurría hablar de algún "diPUTAdo", POR NO mencionar el COÑazo de otras palabras tabúes sin serlo fruto de cribas demasiado laxas. Aún siguen ahí, sentados en cybersillas de mecera, contradiciendo alguna que otra norma clarísimamente establecida en la página con la que se inicia este post y ordenándole al Sol que salga a las 7 y que se ponga a las 9. Vistos en perspectiva, jueces bastante generosos.

La vitalidad de algunos usuarios era legendaria; gastar unos minutos con ellos hacía sentir a uno una especie de "honor espiritual" parecido a conseguir una audiencia con un especialista en explosivos, un Walter White picacódigos o algo mejor todavía. Periódicamente y obedeciendo a horarios laborales, aparecían para saludar a gente ya conocida, compartían breves palabras anodinas, y desaparecían sin levantar mucho polvo. Labrarse una reputación de feligrés en cualquier canal no era posible: no estaba diseñado para albergar intimidad, olor, arruga o impericia; además, el registro (propio, o ajeno en caso de usuarios con vulnerabilidades de script) podía obtenerse en pocos minutos. Apenas cinco palabras para labrar toda una leyenda o hundirte en la peor de las miserias, y estas tres palabras no necesariamente tenían que ser tuyas o respetar sintaxis del idioma castellano. Un amigo mío había estado ya varias veces en estas redes por medio de clientes IRC con el fin de obtener compilados TEU con enlaces p2p que incorporar al eMule (aún no sabía qué significaba nada de todo eso), pues aún entonces se perseguían estas actividades y no se contemplaba ningún beneficio en la transferencia de libros de Álgebra o escaneos de enciclopedias repartidas a domicilio. Este amigo me enumeraba las múltiples cualidades de ese producto sin par, el IRC; dejando de lado mi antipatía hacia cualquier novedad que alterase mis ritos y costumbres, me dispuse a darle una oportunidad al aparato.

Apenas en el recibidor de un canal, conversaciones "de todo tipo" tienen lugar. Unas veces una divorciada, otras veces un taxista. No era (no es) raro leer "buenas tardes" nueve veces seguidas y escuchar ruidos de patos anunciando tu nombre (nick) como para abrir un coto privado de caza. Colorines en el título al llegar, sobre un gigantesco fondo blanco que ningún escritor serio se atreve a mancillar y que cualquier usuario al uso pisotea sin muchas contemplaciones Doritos en mano. Estos felicísimos detalles de invaluable inocencia proclamaban un mundo de posibilidades donde las precauciones o los peros parecen impertinentes. La clase de sentimiento que cualquier rockero experimenta al entrar por primera vez en la primera tienda donde le venden aretes y muñequeras con pinchos con la imagen monocroma del Ché. Muy temprano se advierten las relaciones entre usuarios; preferencias que nunca nacen ahí, sino que se desarrollan a su través: uno/a no entra para conocer a gente y si los conoce ya, ya no se plantea este medio para hablar con esa persona (no quiere decir que no se hiciera, que se hizo y mucho). Frases con dobles sentidos sobreentendidas sin error y un halo de pulcritud y bienestar entre conocidos de toda la vida, un hogar de perros viejos que ni viejos, ni perros, y que todavía tienen que descubrir que recurrir a esta clase de tonterías no significa sino que ni siquiera son conocidos pero que les pueden las ganas de. No puedo reprochárselo.

Al IRC se entra por no poder entrar en otras opciones de diversión y entretenimiento más agradables, como un paseo por lugares de preferencia o una visita a un sitio nuevo. La espontaneidad, lo novedoso y lo aleatorio se desvanecen pronto cuando uno descubre que llega a un sitio que ofrece "la posibilidad de hablar de todo con todo el mundo", pero que ni todo el mundo está interesado en escuchar, ni tú tienes historias tan excitantes u originales. Los usuarios son constantemente alentados a hablar y actuar con total libertad, pero ¿cuánta libertad cabe en un canal lleno de extraños? ¿Y si ofende un chiste sobre amputaciones? ¿Y si me equivoco en la taxonomía del ajolote y me descubren? Nadie tiene suficiente información concreta acerca del historial de los anfitriones con potestad para silenciar o expulsar y que, al mismo tiempo, amablemente te seducen con prebendas para que seas "esa sangre nueva" tan necesaria para su pervivencia. El estar presente en estos canales, toda vez que las invitaciones son aceptadas sin que haga falta decir "Fidelio" al mayordomo de la entrada ni ponerse una máscara, al final sólo sirve para realzar el estatus de aquellos que saben más de uno sobre las condiciones o las peculiaridades del sitio... cuando no "sobre uno" directamente al aplicar los algoritmos informáticos satánicos pertinentes.

No es culpa de ninguno de esos invitadores que de repente se sientan vacíos y necesiten a toda costa el encontrar a otros en los que explotar el asombro y la maravilla ante minucias como el estar en un mismo sitio durante meses sin ningún otro mérito o el no decir nada más importante que "buenos días" nueve veces (si acaso 10). Los usuarios más veteranos, los que ven cómo evolucionan las redes de mensajería pero no sus usuarios [las mentes de los usuarios (los fértiles campos que deberían rebosar de ideas y que lloran de sequía)], en breves ejercicios de honestidad en los que descubren que no han hecho absolutamente nada en particular, nada de lo que poder sentirse orgullosos, para lo mucho que han estado en un sitio con tantas "teóricas posibilidades", callan en silencio y miran a los novatos con condescendencia, como si el saber ese secreto (que todo ese puto tinglado no es sino un gran vacío) fuese en sí una iniciación. Es necesario escribir mucho ":)" para diferenciar un comentario hiriente (aunque no lo sea) de uno con tono sarcástico y sin malicia (aunque tampoco), y es interesante cómo el sentimentalismo del emoticono es más explotado por los grupos más indefensos de la sociedad, esos que por falta de opciones recurren más al chat, al emoticono y a los contactos con otros. A la metáfora de un sentimiento antes que el sentimiento en sí mismo. En pocas palabras, es suficiente leer "xd" para llegar a la conclusión de que, las más de las veces, la expresión facial más semejante en ese momento por quien lo escribe pueda ser una mueca o un torcimiento de labio.

(Fin del acto 1)